Me lo negaba a eso de las 8 am pero no pude olvidar lo que comenzó a las 4 am. Cefalea, náuseas, frío, dolores por aqui y por allá también. Andrés y su siempre inesperada visita atormentadora y últimamente solo para recordarme que algo no anda bien. Al parecer mis estrógenos no funcionan como deben y a mis lindos óvulos le encanta jugar a las escondidas o a la invernación. (Osea, no son osos ¡Son células por Dios!).
La preocupación viene porque mi cuerpo que solía sufrir lo mismo y vivir feliz a los 18, no piensa lo mismo ni siente lo mismo ahora que casi llegamos a los 26; lugar desde donde ya se ven a lo lejos los 30 con luces de neón, música electrónica y confetti a mares.
Hoy gracias a mi efectivo dimenhidrinato, mi siempre necesario ibuprofeno y mi inseparable cetirizina, trataremos de lidiar con mi lado ácido y un color verdecito que me distingue.
Me siento como una pelota de hule: Roja-amoratada, blanda y redonda.
LUNES, déjame decirte algo:
2 comentarios:
Flor
Pues es mejor eso a que no venga :)
Publicar un comentario