martes, 25 de mayo de 2010

Ejerciendo.

Hace unos dias llegaron a mi casa un amigo de mi papá y su esposa quienes necesitaban hacerme una consulta médica. La señora habia recibido el diagnóstico de cancer de mama de boca de un "médico radiólogo" luego de observar la mamografia que éste le habia realizado a pedido de su ginecólogo.


La señora se veía realmente preocupada y es lo que yo traducía en sus palabras: Angustia de no saber qué es lo que le estaba pasando. Empecé a preguntarle porqué había acudido al ginecólogo a consultar. Ella es ama de casa y resulta que hace algunas semanas empezó a sentir dolor en el seno derecho, el cual aumentaba al cargar peso y tratar de escobillar la ropa mientras lavaba. El dolor se irradiaba hacia la espalda. Tomando en cuenta su antecedente de habérsele realizado una histerectomía hace 5 años debido a leiomiomatosis uterina, sus vecinas y amigas le advirtieron "que vaya al médico, no vaya a ser cáncer!".


Así, hace una semana acudió al ginecólogo con quien se había atendido sus 2 partos previos ya hace más de 15 años. El médico (a quien conozco) luego de escuchar su relato le indicó realizarse una mamografía y le recomendó un reconocido centro de imágenes aquí en la ciudad; le dio la indicación y le dijo que volviera con los resultados. “¿Le reviso las mamas?” le pregunté, "No, solo me dijo que vaya a *** a sacarme el examen señorita" me respondió. Pues la señora no fue nunca al sitio donde la enviaron y más bien eligió un lugar al azar: Un día caminando por el centro al ver un letrero que decía : Mamografías, fue y se la tomo!.

Luego de esperar un momento, salió el médico radiólogo con las placas y frente a los demás pacientes que esperaban la toma de imágenes le dijo: “Ya señora, ya salió. Mire, acá se ven unas bolitas, ¿ve? …Ya, eso es cáncer ah! Vaya a su médico señora no se vaya a dejar que después le tienen que sacar todo y es peor.”… Puedo imaginarme la cara de “pobrecita la señora” del resto de personas alrededor. Me dijo luego: “Ay señorita! llegue a mi casa a llorar y abrazar a mis hijos y a Mariano (su esposo). No podía dormir, pensaba en tantas cosas…”.

Acudió con los resultados a su ginecólogo: “Aquí dice que tienes cáncer… Pero si acá no te mande!. Ay mujer! Te daré otra orden para que te saques una ecografía mejor, pero ahora si vas donde te indico ah!”. Volví a preguntar: “Y, el dolor continuaba? Le examinó entonces el doctor?”,“No, solo me dio la otra orden y me dijo que tomara para el dolor nomas, analgésicos”. Se realizo una ecografía comparativa de mamas con otro médico radiólogo, el cual la examino previamente y concluyó que no habían lesiones. Al volver a su ginecólogo, quien tampoco en esta ocasión la examinó, solo le dijo que no había nada y que vaya tranquila con sus analgésicos…

“Tranquila con sus analgésicos”. Eso después de haberle dicho que tenía cáncer y ya no, después de que ni por casualidad haberle tocado los senos para poder justificar un examen AUXILIAR. A veces se nos van las cosas porque somos seres humanos como todos pero ¿Esto?. Bien, la examiné, le explique que el diagnostico de cáncer solo se puede hacer mediante de una BIOPSIA, le informe de los factores de riesgo y sobre cómo debería de realizarse el auto-exámen de mama. “A mí me daba miedo tocarme, no dejaba ni que Mariano me toque por miedo a hacerme daño” (pobre señor, castigado!). Finalmente le indique una tableta para que pueda dormir durante la noche entre otras indicaciones extra que insistian en la realización del autoexamen, su importancia y el acudir al medico apenas se encuente algo "raro". "Gracias" me dijo y yo me senti muy feliz, aunque algo indignada por la forma de actuar de los colegas. No quise pero me pagaron la consulta.

Cómo ocurren cosas que no deben ocurrir. A mi me tomó basicamente 10 min el poder explicarle a la señora sobre los factores de riesgo y como se diagnostica el cancer de mama (claro, de una manera simple como para dejarme entender) entre otras cosas mas. Muchas veces en el hospital y sobre todo en la emergencia, no podemos, por limite de tiempo y la gran cantidad de pacientes, brindar la correcta información que deberiamos a cada uno pero, eso en una consulta privada... deja mucho que desear y ni que decir del radiologo que diagnostica cancer mirando una placa a la luz de una ventana y lo informa a todos los alli presentes.

Todos hacemos el juramente hipocrático, ¿Cuantos lo recordamos?. Somos médicos y tratamos personas: Cuerpos con almas quienes tienen ademas personas a su alrededor que las estiman y se preocupan por ellas y su bienestar, que se afectan con una buena o mala noticia que le demos a nuestro paciente, que tambien sufren y se alegran por él.

¿Si hoy le dijeran al Dr. P.A.P. que su esposa tiene cancer de mama, como luciria su rostro mañana al llegar al hospital, no? 


Y vaya forma de empezar el martes: Atendi 2 pacientes mas. Diabetes + GECA y Gastritis. Jei!

Gracias a Dios! 

3 comentarios:

daniel.nakasone dijo...

Explicativo el post, pero como es obvio no pude sentirme identificado. Aunque tienes razón, en estos días da miedo ir a un médico cualquiera justamente por el desgano o indolencia que mencionas. Nunca el juramento hipocrático estuvo tan subvalorado, verdad?

Gracias por tu comentario a mi blog, saludos

DanielDC dijo...

El juramento hipocrático es un anacronismo... Yo no voy a portarme bien por Apolo, Zeus y demás dioses del Olimpo.
Sin embargo, la ética sigue vigente.

Olvidémonos del juramento hipocrático, pero nunca personas.

NoeliaA dijo...

Ni hablar. Mi madre murió de cáncer, que en un principio fue de mamas, pero el médico que la atendió allá por el año 1985 le dijo que "esas protuberancias" eran por dar el pecho a una criatura, aún cuando ya habían pasado tres años desde que mi madre dejara de darme el pecho, por ese entonces yo tenia cuatro años. Mi madre regresó a casa con tratamiento sintomático, analgésicos. Cuando precisó acudir a otro médico (ni hablar de los dolores que puede ocultar un analgésico dado a tomar de manera regular, y no hace falta ser médico paras sospechar eso) fue bastante tarde, tuvieron que someterla a cirugia y, además, se había expandido. Luchó unos años y murió finalmente. Quizás pueda ser excusado este doctor porque en ese entonces no se tenía la consciencia que ahora se tiene respecto del tema, pero realmente, su negligencia no ayudó a salvar la vida de mi madre,todo lo contrario.