domingo, 10 de junio de 2012

He vuelto.

Hace mucho que no he publicado nada y más que por cuestiones de tiempo ha sido por estar haciéndole algunos ajustes a mi nueva vida. Me mudé de casa de mis padres hace unos meses y ahora de nuevo vivo sola como hace algunos años, la diferencia es que ahora soy totalmente independiente y eso me asusta. Al fin tengo un trabajo fijo (pasando claro los inevitables 6 meses de prueba) y ahora vivo en un cuartito pequeño pero cómodo con balcón y una linda vista a la ciudad/pueblo. De como me lo entregaron, lo he acomodado y rellenado de cosas agradables para mi, de manera que se haga más acogedor (y digerible). Sábanas de Hello Kitty compradas en el área de niños de un supermercado local y lucecitas de colores LED en mis ventanas, algo que siempre quise desde que tenía 6 años y ahora 21 años después lo he conseguido.

Últimamente también decidí no ser el único ser viviente que comparta la habitación por lo que un viernes terminado el trabajo fui a comprarme una planta. Lleva casi 2 semanas conmigo y el hecho de que aún este viva y creciendo saludable me hace sentir contenta (con lo mala que soy yo para cuidar plantas) Tal vez compre alguna con flores el próximo viernes.

Claro que mis preferencias van por algo más animado. Un gato sería ideal pero lamentablemente aquí no permiten animales y con lo minúscula que es mi habitación no sería justo ni para él ni para mi. Tendré que posponer la adquisición hasta poder tener un departamento donde mudarme con mis plantas, mis luces LED, mis libros y al fin poder tener un gatito.

En dos días cumplo cinco meses en este nuevo proyecto: loco, impensable para mí hace unos años, arriesgado y diferente; en dos días serán cinco meses sola y vaya que no ha sido nada fácil. Al menos ahora el clima no es tan arisco como a mi llegada. Al menos ahora llueve y no cae nieve todo el día. Al menos ahora se marca +18 y no -18 oC y eso me alivia un poco.

En estos cinco meses he escrito varias cosas. He escrito con la depresión encima, con la rabia encima, con la alegría encima; he escrito en servilletas, en el tren, en hojas, en mi compu, en varias cartas (que algunas yacen de seguro en algún tacho de basura, porque se perdieron en el camino gracias al servicio de correos) pero eso ha sido parte de mi autoterapia de acomodamiento y no veo razón para hacer pública esa parte inicial del  proceso. Ahora, después de gastar varias cajas de pañuelos desechables deshidratándome por los llantos y haberles bajado el ritmo a sólo uno o dos por semana (porque no tengo tiempo otro día) creo estar un poco más estable. Ahora es hora de volver a mi blog. 

Desde hace días que tenía la idea pero desde ayer -y no sé porqué- me decidí a hacerlo. Asi que la idea mia es ahora escribir algo en la semana y publicar el domingo. O al menos eso intentaré. Tengo muchas ideas a diario, muchas cosas interesantes que he tenido y tengo la oportunidad de ver. He conocído a gente muy diferente. Trabajar con gente de Alemania, Albania, Georgia, Rusia, Servia, Polonia y tener conocidos de Rumania y Ucrania te hace sentir que prácticamente vienes de otro planeta, gente que ha vivido otra historia pero que sin embargo no deja de ser gente con las mismas necesidades y problemas que cualquier peruano, tailandés o canadiense. Que curioso.

Asi quedamos entonces. Hasta el domingo.



"Hace mucho que no he publicado nada y más que por cuestiones de tiempo ha sido por estar haciéndole algunos ajustes a mi nueva vida..." 

¿Algún día terminaré?