lunes, 29 de agosto de 2011

Panqueques


En mi ciudad (Trujillo - Perú) hay una calle en el centro llamada Gamarra. En la cuadra 6 (o 7 no me he fijado bien) hay un puesto ambulante, desde ya hace algunos años, donde una señora y una señorita venden entre otros potajes al paso, un preparado que ellas denominan "Wafler alemán" y digo denominan porque lo que venden ahí ni es wafler ni es obviamente alemán; lo que sí tiene ese preparado es más bien un enorme parecido a los panqueques que prepara mi mamá y lo que también tienen es que en los días de invierno, su suave textura y su tibieza adornada con un suave manto de azúcar en polvo, caen como el más delicioso de los manjares a los comensales que confluyen en ese sitio por la tarde, es un dulce agradable y lo es aún más pues puedes darte ese gustito si encuentras en tus bolsillos un cómodo nuevo sol y medio (S/ 1.50). 

Vivo a unas 15 cuadras de ahí. Una tarde me provocó acompañar mi café con uno de esos panqueques tan ricos. Eran como las 6, aún me restaba mucho que estudiar. Mi café ya se me enfriaba y la verdad es que tan solo pensar en salir a la calle fría e ir hasta allá atravezando el tráfico del centro de las 6 de  la tarde me desanimó. Así que pensé: "Qué tan difícil puede ser el hacer una masa de panqueques". Recurrí al sagrado consultor: Google y lo que Google trajo a mí fue la revelación de una fácil receta 3-2-1 de panqueques. Verifiqué que hubieran todos los ingredientes necesarios en casa y manos a la obra. Aquí les presento la elaboración y resultado de la operación panqueque. La presento tal cual la encontré en la red.

Ingredientes:

2 tazas de leche
1 taza de harina

3 huevos
1 cucharadita de azúcar

Gotitas de escencia de vainilla

La receta también menciona 1 pizca de sal.




Listo. Todos los ingredientes en el orden que se desee (yo lo hice en el orden de las fotos) se colocan en el vaso de la licuadora, así de simple. Debo aclarar que la cocina no es mi fuerte pero tengo ganas de aprender y eso es lo que me importa. Además mi mamá me alienta mucho, cocina muy bien. Ella me cuenta siempre que a mi edad solo tenía ideas muy básicas de cocina y que con el tiempo aprendió. Mi abuelita cocinaba muy bien también. Ojalá que parte de eso fuera hereditario.



Ahora el siguiente paso es licuar. ¿Cuánto tiempo? Eso no estaba en la receta, yo lo hice por 8 minutos aproximadamente. De eso se obtiene una masa no tan espesa y con un rico aroma a vainilla que dependerá de cuanto haya sido el chorrito que le pusimos antes de licuar. Yo le puse como 1 cucharada, me arriesgué porque en verdad me encanta el sabor. Me asusté al ver la consistencia tan poco-espesa al principio ya que estaba haciendo la receta entera y también porque de lo que yo recordaba que hacía mi mamá, a ella le quedaba una consistencia más espesa. Ni modo a seguir.


Ahora a freír. Se puede utilizar un poquito de margarina (mayor costo y más fastidioso a mi parecer) o una cucharadita de aceite de cocina que se coloca en una sartén de teflón. La que usé es una un poco viejita que tengo. Pensé que si tal vez iba a fregar una sartén de mi madre, sería una que no echara mucho de menos. Otra precaución que tomé fue forrar esa hornilla de la cocina con papel aluminio. Si alguna gotita o algo un poco mayor cae fuera de la sartén, quitas el papel al terminar de freír y listo, no pasó nada y te ahorras la limpiada fastidiosa de la grasa en la cocina. 


Una vez que el aceite esta caliente y embadurnado en toda la sartén se pone un poco de la masa hasta cubrir la superficie. Hay que menear ligeramente la masa hasta que quede uniforme. Hay que dejar unos minutos freir. Con ayuda de una espátula no metálica se despega poco el panqueque de la sartén y lo colocamos por el otro lado. Creo que lo importante es que este cocido. A veces sale más pálido, otras mas dorado, finalmente hay que asegurarse de que estén bien cocidos.

Se sacan de la sartén y se van colocando en un plato. 


Se pueden rellenar con mermelada, manjar blanco, dulce de leche, leche condensada, etc. Se sirven junto con helado o con un café. Queda muy bien.

Mis recomendaciones:

1- Si en sus casas son menos de 4 personas y no comen mucho, no hagan toda la receta. Yo hice la mitad y guarde el resto en la refrigeradora. Lo preparé al día siguiente y salieron igual de buenos. En total salen 12.
2- Si les gusta hacer este preparado más dulce hay que ponerle 4 cucharaditas de azúcar adicionales. A mi no me gusta tan dulce así que salió bien. Pero recuerden que no hay que ponerle mucho porque el relleno ya tendrá otro tanto.
3- Si tienen waflera, háganlos ahi.

sábado, 27 de agosto de 2011

I Love You Phillip Morris



Resulta que los estadounidenses no quisieron apoyar esta película por considerarla inapropiada a causa del claro contenido homosexual.

Pero sí exhiben otras joyitas ¿Por que la violencia no es gay?


martes, 9 de agosto de 2011

Comodidad.

Siendo miércoles por la madrugada, tengo el gusto de estar estudiando frente a mi laptop revisando guías, libros, reviews y demás cosas médicamente interesantes. No tengo sueño y tomo mientras tanto una taza de aromático café pasado. Hace frío pero estoy tan concentrada que es lo de menos.

Entre estos sorbos y mientras me pongo de pie para estirar un poco las piernas, me acuerdo de mis días de facultad, de los primeros años, cuando no tenía computadora y cuando tampoco tenía internet ni en casa ni cerca a ella. Recuerdo el haberme quedado unas cuantas noches en casa de algún compañero o compañera para poder terminar un trabajo o leer algo más on-line. Me acuerdo de esas largas sesiones en cabinas públicas frente a mi universidad compartiendo espacio con chicos de colegio, con otros universitarios o con jóvenes calenturientos que llenaban el estrecho espacio del recinto para ver cosillas un tanto pícaras. Recuerdo rodar por varias de esas cabinas públicas, tan variadas en colores y olores, hasta muy entrada la noche o hasta que el encargado me decía: "Amiga, ya vamos a cerrar"... ¡Vaya, y ni qué decir de la búsqueda desesperada de algún servicio de impresión abierto a las 10 de la noche! Todo un corre-corre como diría mi tía Rafa.


Que cómodo me resulta ahora todo cuando pienso en aquello. Ahora, unos cuantos años después, lo primero que hago al levantarme es encender mi modem, asearme mientras carga el internet, abrir mi laptop y revisar las noticias y mi correo electrónico. Todo en pijamas y en al menos 10 o 15 minutos.

Gracias papás.




jueves, 4 de agosto de 2011

No entro.

Han pasado ya unos meses del verano. Fui al gimnasio y al vencerse mi superplan veraniego confieso que no regresé más. Ahora entreno mi cerebro médico y le doy de comer suculentos conocimientos para que reboce de bienestar y pueda modelar su rolliza figura en la próxima pasarela. Puede que logreun buen premio en el certámen: "¿Y quién será el próximo residente 2012? No queda otra que darle a la cuchara mental. Me siento feliz haciéndolo.

Por otro lado está lo que sostiene a mi cabeza y lo que tengo que vestir cada día. En ese otro lado estoy yo sumergiéndome en las profundidades de mi ropero hoy por la tarde buscando un vestido elegante que ponerme el próximo fin de semana. Estoy yo frente al espejo dejando caer con  delicadeza el poleron que traía encima hasta quedar en lo necesario para que entre en el vestido (ropa interior y de ésta, la necesaria). Estoy yo contemplando el vestido antes de ponérmelo encima y ver los estragos del tiempo. Me miro al espejo y lentamente voy subiendolo por mis piernas hasta llegar a las caderas... Sube. Respiro tranquila y continúa el ascenso. Pasa luego esa parte que llaman cintura sin problemas. Otro respiro de alivio. Se coloca finalmente donde tenía que estar.

Es un lindo vestido. Mi preferido. Aunque de los anteriores debería decir el preferido y el único. 10 años desde que tuve mi primer vestido "de señorita" para los quinceañeros de la época no han pasado en vano.

Me veo al espejo. Hoy ha sido una tarde soleada. Coloco todo en su lugar y aprovecho en subir lentamente el cierre que atravieza mi espalda. Pero algo se interpone en aquella subida. Algo que fué tomando su antiguo    lugar con el paso de los meses

Lo que se interpone a la subida de tan delicada prenda hecha a la medida de mi figura de hace 3 años era precisamente lo mismo que no entra en mis jeans por completo, exactamente lo mismo que no me permitiría usar vestidos de licra (que tampoco usaría por cierto) y es lo mismo que se escondió muy bien bajo todos esos pantalones anchos y casacas y poleras que me acompañaron en mi último año de SERUMS.

He subido de peso otra vez. Respiro hondo y profundo. Me voy a hacer la siesta. Tendré que comprar otro supongo. ¿Podré arreglar éste? En estos momento pienso que si me hiciera un estilísimo y elegante traje me tardaría más del tiempo disponible para el día "D". Sería divino sólo tener que acomodarme un pantalón, una camisa, un saco, una corbata y ya. Vuelvo a respirar hondo y profundo. Voy a pensar luego en la solución porque por ahora tengo mucho que leer para mañana, tengo una expo para presentar y una película con cero chanchita y agua mineral claro. Ahora solo pienso en tomar agua, comerme a D y seguir estudiando.